
Hoy hablamos con: mamidatos
Amigos todos:
Muchos no saben del origen de #mamidatos, por tanto, me autoentrevisté y lo subí al fanpage https://www.facebook.com/mamidatos
Les dejo el texto completo.
¿Quién soy?
Tantas veces me he preguntado lo mismo, y sigo sin encontrar respuesta clara a tal inquietud por lo que he tenido que ir atando cabos sueltos con el paso de los años.
Me llamo Paz Crovetto Matamala, tengo 31 años, chilena, nacida en Ñuñoa, hija menor de dos, casada desde 2011, mamá de un pepi de 1 año y casi cinco meses. Licenciada en historia y profe de lo mismo, eterna candidata a magíster, porque privilegié (sin culpa) mi posnatal y aunque haya pasado la vieja como se dice, la vida es larga para otro magister, no así para la niñez de mi hijo.
¿Cómo me describo?
Siempre he dicho que si tuviera la posibilidad de escribir ahora lo que debiera ir en mi epitafio sería “escritora de la vida errante y fotógrafa con ganas de serlo”. No sé si hoy lo mantengo así, pero me gusta como suena…de la foto, estoy alejada…la escritura, me encanta, aunque hoy estoy en sequía literaria, esperando que eso pase pronto, y esto es un alcance, una forma de acabar con la falta de letras y palabras.
Me describo como alguien leal, buena amiga, super idiota, llena de toc y cosas que me perturban, como por ejemplo una mamadera sin tapa o un cuadro chueco. Soy busquilla, como se dice en wen chileno y me encanta ir al supermercado, aunque ahora dejé mi hobbie por la linda caja con regalos que me da el líder cuando compro por internet.
Como muchas, trato de ser una mamá sin culpas, cosa que es imposible de cumplir, por lo que vamos haciendo camino al andar.
¿Cómo eres como persona?
Primero que todo, chascona, siempre. Soy grande, mido 1,75 y me quedan unos kilitos locos que no he bajado por flojera. Como mujer, soy mina, súper llorona, visceral y racional al mismo tiempo. Ni yo me entiendo a veces, me gusta comer, no me pinto ni me tiño el pelo, tengo canas, unas pocas, que me gustaría llevarlas con dignidad, además que me fascina el color de mi pelo. Tengo una almohada regalona que la llevo cuando viajo, me encantaría trabajar con pijama y pantuflas y el tan conocido “antes muerta que sencilla” no es parte de mi vida.
Me gusta el ceviche y el sushi y no le encuentro ningún brillo a las parrilladas. Tomo café en las mañanas solamente, porque me acelera mucho y los que me conocen saben lo acelerada que soy.
No duermo siesta aunque me encantaría y me pierdo fácilmente en las películas si tienen raconto y flashback. Prefiero ver tele acostada que en el cine, así pongo pausa para hacer pipí y no me pierdo nada, como me pasó cuando vi “buscando a Nemo”, cuando volví del baño, ya lo habían encontrado.
Soy malas pulgas y bien picota y si no me gusta algo, mi cara lo da a conocer. No comulgamos con la cara de póquer y me dan ganas de irme luego si no estoy cómoda.
¿Cómo fue tu embarazo?
Planeado, porque soy estructurada y no podía ser chiripa, ya que por una condición articular y de colágeno, tomo medicamentos que embarazada no podía tomar y me preparé con nutricionista para estar flaca y subir lo menos posible.
Por lo mismo pudo ser terrible, pero no lo fue tanto, salvo los dos meses con vómitos, otros tres con acidez y los dos con pubalgia, pero nada que no pudiera soportar, salvo lo último, ya que no podía ni moverme al baño del dolor. Engordé lo justo y necesario y parí ayudada un 23 de febrero de 2015.
¿Pariste ayudada?
Sí, fue una cesárea muy programada, porque no podía tenerlo normal por una cadera defectuosa que me reclama y otras cosas más.
Tuve cesárea y algunas personas me miraban raro porque no era algo natural y al preguntar si quería intentar, les decía que no. Yo encuentro valiente que te tajeen la guata y al día siguiente vivir la vida normal, operada de una cirugía que no fue menor, adolorida y con un bebe en brazos.
¿La vida de madre?
Variopinta. Así la describiría. Es como la vida misma, que trae de todo un poco. Pero mi hijo me cooperó bastante, siempre comió bien, durmió bien de noche.
En el instante que me lo entregaron, estaba rosadito, limpio, perfecto, me sentí extasiada, era una cosa hermosa, cabezoncito, redondito, como esos muñecos antiguos que se llamaban “dondo”. Así era mi pepi. La lactancia fue lejos de ser maravillosa, hubo poca leche, sufrí de grietas y dolores horribles, pero seguí, claro que alternando con leche de tarro, porque mi hijo lloró desde que lo traje de la clínica hasta los diez días, y era hambre. Así que entre las bajas de peso, era mejor intentar algo más y se crió como niño de tarro.
¿Y el tema del apego, tan manoseado?
El apego se forja igual, es como decirle a una mamá que adoptó, que no tiene vínculo con su hijo. Yo me las idee de otra forma y de verdad que no dar tanta pechuga no fue tema para mí. Me tocó no más y no me iba a echar a morir por eso, mi hijo estaba sanito, y hasta el día de hoy se ha enfermado muy poco, pese a ir a la sala cuna desde los 6 meses.
Me apegué a él cantándole, haciendo masajes, besándolo mucho, jugando con él y dándole su mamadera, porque, aunque sepa sujetarla, sabe que su mamita se la afirma mientras se la toma.
¿Qué anécdotas tienes relacionadas a la maternidad?
¿Además de todas las veces que me meó? Tengo un par, por ejemplo yo estaba segura de que iba a ser una vaca lechera y que tendría mi freezer lleno de leche materna envasada. Ja! Mi comadre me pasó un extractor medela maravilloso y me bombeaba como 30 minutos y me salían con suerte 30 ml., además del dolor que me producía. Está guardado.
Lo otro es que compré una mochila ergonómica para el porteo súper cómoda, con un inserto para los recién nacidos para portear a mi guagua para arriba y para abajo. JA otra vez! Nunca lo pudimos usar, los dos sudamos como caballo, era cosa de ponerlo y sudar y sudar. Además que al rena no le gustó nunca. Está colgado detrás de la puerta.
¿Colechas?
No. Me dio un susto enorme meter una cosa chica en mi cama entre nosotros. Yo me muevo mucho al dormir, y mi hijo es igual. Por lo tanto, además de dormir mal yo, dormía mal él. Sí lo tuve en mi pieza hasta como los 7 meses y después se fue a su pieza, la que nunca desconoció porque me preocupé de crearle un ambiente grato y conocido. Hoy tiene una tremenda cuna que le permite darse todas las vueltas que quiera en la noche.
¿Mamidatos?
Mamidatos nació de la inquietud de varios amigos y parientes, porque tengo dato para casi todo, entonces me preguntaron por qué no hacía algo con eso y le di una vuelta y nació de esa manera. No son solamente datos de mamas y guaguas los que tengo, pero aquí los privilegio.
Siempre pienso que como a una la ayudan, una tiene que ayudar. Y es mi manera de agradecer a quienes me han ayudado ¿Quién no sabe todo lo que se gasta en guaguas? Y si puedo ayudar a cuidar un bolsillo, mejor todavía.
¿Qué esperas de mamidatos?
Que crezca, que pase a ser algo más que una mamá buena onda que, de su tiempo libre, ayude a otras mamás. Que seamos comunidad, que hagamos alianzas.
Quiero que sea un proyecto más grande, y que a futuro ojalá pueda hacerlo una especie de trabajo que me permita compatibilizar mejor el trabajo con el rol de mamá.