
Los niños y la comida
Nuevamente nuestra querida Ros, nos comparte una columna.
Esta vez, del gran tema de la comida.
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¡¡¿¿Cuándo va a comer como la gente este niñito??!!
Una madre es una mujer que se enfrenta constantemente a frustraciones. Podemos ver eso como algo terrible y desgastante, pero también es posible enfocarlo desde un lado increíble y bueno viéndolo como una gran práctica para aprender a tolerar la frustración y desarrollar nuestra paciencia.
Y ¿por qué les planteo esto? Porque sabemos que no se trata sólo de los llantos de noche, ni de los cólicos que no pasan, ni de las primeras pataletas, sino también de algo que cada día, al menos 2 veces, hace que se nos empiece a apretar la guata y a colmar la paciencia de solo imaginarlo: la hora de la comida.
Comprendo perfectamente lo frustrante que suele ser para una mamá que a tu hijo le cueste comer como un adulto. Hay algunas afortunadas que no tienen ni medio problema, y a quienes sus hijos esperan con ansias y alegría para zambullirse en la comida que les traen. Pero existe el otro extremo, que según mi experiencia es donde se encuentra la mayoría, donde están los niños “selectivos” que solo comen tallarines, o que les encanta usar la comida como misil cada día, ensuciando tanto el techo como el piso.
Todos los padres queremos que nuestros hijos coman porque sabemos la importancia que tiene en su crecimiento, desarrollo de defensas y energía diaria, pero los niños ¡son niños! No comprenden aún la importancia que tiene este proceso en nuestra vida, y si algo comprenden, no le toman el peso. Es por eso que para muchas mamás la hora de comida se convierte en un campo de batalla, y para que esto no ocurra es que quiero darles algunos tips.
En primer lugar, nunca pierdas el foco de que tu hijo es un niño y todo lo que hace en el día es para aprender. Cuando camina, cuando juega, cuando trepa, cuando intenta hablar, cuando saluda, cuando ve televisión, y lógico, cuando come. Para ti un plato de fideos es sólo eso, pero para tu hijo que recién lo está conociendo, ¡puede ser un nuevo y maravilloso juego de texturas, sabores y aromas!
Nuestros hijos aprender a través del juego, es la mejor forma de hacerlo. Y esto incorpora también el tacto, por eso para ellos apretar, exprimir, aplastar, es una excelente forma de aprender. Y eso no significa necesariamente que no le guste su comida, puede ser también que no tenga hambre, o que incluso tenga miedo a probar el alimento que le presentas, y una buena forma de acercamiento es explorarlo poco a poco y de distintas formas.
Por eso es importante que vayas incorporando nuevos alimentos a su comida, aunque les desagraden o les teman, su forma de acercamiento los hará conocerlos mejor. Esto no significa que todo lo que le ofrezcas terminará en su boca ni en su estómago, pero es importante que sigas incorporando nuevas comidas, texturas, colores y temperaturas. Además, si hoy no las quieren, mañana podrían ser sus favoritos. Prueba en distintas formas, tamaños y mezclas, con distintos tipos de cocción: tostado, al vapor, cocido, horneado, crudo.
Te sugiero que si hay comida que tu hijo rechaza, la incorpores de igual modo, pero dentro de un plato con otras comidas que si le gusten. Esto te dará la tranquilidad de que comerá algo de todos modos, y a la vez que seguirá familiarizándose con todo tipo de alimentos y poco a poco comprenderá que es parte del menú que debe ingerir.
Ahora quiero aclarar un punto límite sobre los niños y su aventura explorativa con la comida. Y es que está bien que ellos exploren, toquen, trituren, aplasten, pero hay un límite. Cerca de los 2 años los niños están más preparados para incorporar algunas pautas de “buena conducta” como saludar, sentarse a la mesa, pedir las cosas por favor o dar las gracias (ojo que es el comienzo, no esperes que lo hagan siempre ni que lo hagan bien). Por lo tanto, deberás comenzar a regular su “juego” con la comida. No se trata de que no pueda tocarla ni tomarla con las manos, ni ensuciarse, pero la idea es que comprenda que hay límites, que la comida no se tira al suelo, ni a las paredes, ¡ni menos en la cara a la gente! Por lo tanto, además de insistir verbalmente en esto, y con el ejemplo, procura no dejarle toda la comida a su alcance, sino ir dándole porciones poco a poco.
Entonces, para resumir, permite que tu hijo explore la comida con sus 5 sentidos (si, hasta los sonidos de la comida al tocarla, mascarla o aplastarla le será de ayuda), pero en cierto punto comienza a limitar los juegos con los alimentos con el fin de que también logre incorporar hábitos a la hora de comer. Esto le ayudará enormemente cuando sea más grande, y ahora que están pequeñitos ¡es justo la edad para que incorporen esos buenos modales!
Y recuerda enfocarte en estos desafíos de la mejor forma, y tomar este camino de enseñanza como un gran aprendizaje para ti, para ser una persona más entera, más fuerte y con una tremenda experiencia de vida frente a las frustraciones. Luego de esto, ¡nada te la ganará!
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Excelente artículo!
Hola mi hijo tiene 4 años y aun no logro que coma la comida entera
Fideos, arroz huevo se los come bien
Pero verduras u otro tipo de comida no hay caso
Q puedo hacer??
ver con tu pediatra antes de cualquier cosa
saludos